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Los Salmos

LOS SALMOS

Introducción

El punto de partida para comprender mejor los Salmos es la existencia de Israel. Israel surgió a partir de una experiencia de liberación de un dominio opresor (el egipcio), hecha por diversos grupos, en la que fueron descubriendo a un Dios que está con quienes se liberan. Nació así una conciencia de pueblo y de la necesidad de vivir coherentemente respecto a lo que han vivido, y nació también la conciencia de una misión testimonial respecto a las naciones: descubrieron que debían dar testimonio de cómo era Dios y de qué estilo de vida exigía la fe en él.
La historia de Israel se movió siempre entre la llamada a vivir en la libertad y las tentaciones
propias, o provocadas por otros, a volver a caer en la esclavitud. El Antiguo Testamento es un testimonio de dicha tensión y de cómo los creyentes fueron ayudando a seguir en medio de ella. Esta tensión se dio en los diferentes ámbitos de la vida de Israel: el religioso (los dioses de otros pueblos, dioses que resultan esclavizadores), el internacional (la dependencia idolátrica respecto a las naciones), el nacional (la injusticia y la explotación) y el individual (la persecución y el dolor del inocente, y la sensación de ser abandonado de Dios).

Toda esta vida (amenazas, tensiones, confianzas) es la que quedó reflejada en las oraciones sálmicas, en las que se pone ante Dios dicha vida, llena de acción. En consecuencia, los Salmos:
1) son un resumen de la experiencia bíblica,
2) responden a situaciones existenciales concretas (aunque éstas son difíciles de delimitar, dado que en cada Salmo se da una continua actualización);
3) son un resumen también de la Biblia, pues están en relación con la “ley”, los “profetas” y los “sapienciales”; y
4) son como la respuesta del pueblo de Dios en relación a todos los Momentos de su vida y de su historia, respuesta que se convierte en palabra de Dios.

En su origen, posiblemente los Salmos naciesen de circunstancias concretas de un individuo o de un grupo y más tarde habrían sido vistos como expresión de las nuevas vivencias de la comunidad. Esto explica el que en cada Salmo se puedan dar diversos niveles y es lo que hace que sean muy actuales y que al mismo tiempo sea difícil detectar el momento concreto de cada Salmo. En todo caso, son el reflejo de la vida entera de quien los creó y los utilizó; son utilizables, por tanto, a condición de que quien los utilice viva auténticamente su fe. Son, pues, un buen termómetro de la vida de fe.

Plan

Vamos a agarrar los cuatro ámbitos antes notados. Vamos a ver cómo en los Salmos la vida se hace oración (recuerdo y compromiso) y a descubrir la espiritualidad de liberación que se contiene en ellos. Vamos finalmente a intentar leerlos desde hoy, dejándonos ayudar por la lectura que de ellos hacen las comunidades vivas.

Dificultad
Pero antes de comenzar debemos salvar una dificultad que muchas veces se nos presenta. Muchos opinan que los Salmos ya están superados, que la espiritualidad del Nuevo Testamento los hace innecesarios. A este respecto, me parece muy iluminador el siguiente texto de Bonhöffer: A menudo constato hasta qué punto pienso y siento según el Antiguo Testamento; durante los últimos meses lo he leído con mucha más frecuencia que el Nuevo Testamento. Sólo cuando se conoce la inefabilidad del nombre de Dios se puede pronunciar de una vez el nombre de Jesucristo; sólo cuando se ama tanto la vida y la tierra que todo parece acabarse y perderse con ellas, nos está permitido creer en la Resurrección de los muertos y en un mundo nuevo; sólo cuando nos sometemos a la ley de Dios, podemos hablar alguna vez de gracia; y sólo cuando la cólera y la venganza de Dios contra sus enemigos son aceptadas como realidades válidas, puede sentir nuestro corazón algo de perdón y de amor hacia los enemigos. Quien quiere ser y sentir demasiado rápidamente y directamente según el Nuevo Testamento, no es en mi opinión un cristiano. No podemos ni debemos pronunciar la última palabra antes de la penúltima. Vivimos en los tiempos penúltimos mientras creemos y esperamos en los últimos (Resistencia y sumisión, carta del
5.12.1943).

Este texto nos pone en guardia contra el querer quemar etapas, el creer ya superada la etapa del Antiguo Testamento, el despreciar en nombre de la “sensibilidad cristiana” el realismo y la sinceridad de los sentimiento del pueblo que quedan expresados en los Salmos y que chocan contra “aquélla”. Este texto, por otra parte, nos anima a descubrir en los Salmos nuestro caminar, nuestra espiritualidad (hechos también de luchas, de esperanzas, de derrota, de victorias) hasta que llegue la total comunión con Jesucristo en su Reino.

Comencemos, pues.

1.1. Ámbito religioso o de las relaciones más explícitas con Dios

En contacto con otros pueblos, Israel corre el peligro de caer en la esclavitud de unas divinidades despóticas, mercantilistas y deshumanizadoras. Son las divinidades que exigen para sí mismas el sacrificio de lo mejor, incluso de los primogénitos, las divinidades que fundamentan el despotismo de la monarquía y la opresión de los pobres.
Ante dicho peligro, los creyentes ayudan a profundizar en la experiencia del Dios liberador y en la relación religiosa que dicha experiencia supone. Una gran ayuda suponen también las oraciones personales-comunitarias que recogen dicha experiencia y la respuesta esperada. En este ámbito, pues, los Salmos son una plegaria que intenta liberar de los dioses falsos; que recuerda y pone en relación con el Dios liberador, acompañante, presente en medio de ellos, rey de un reino de libertad, creador de un mundo hecho para la realización de todos; que compromete a vivir libremente en coherencia con el Dios que se recuerda.
Cinco son los grandes temas explícitamente religiosos que son objeto de recuerdo y de compromiso en los Salmos.

1.- Éxodo y alianza
Coloco estos Salmos en primer lugar porque el éxodo-alianza es el punto nuclear de la existencia y de la fe de Israel y porque es lo que distingue a Israel de cualquier otro pueblo. Sal 77,12-21: En un contexto de súplica en la crisis provocada por el exilio, una crisis que queda perfectamente expresada en la pregunta “¿nos ha abandonado Dios?”, en este Salmo se responde que no, porque lo propio de Dios es liberar y hacerlo realmente y porque la relación entre Dios y el pueblo se basa en la liberación que entre Dios y su pueblo se ha alcanzado.
Sal 78: En un contexto de renovación de la alianza rota, se insiste en la conversión y se hace una fuerte exhortación a ella. El motivo que se da es la acción repetida de Dios a lo largo de la historia, una acción liberadora que llama a conversión (cfr. vv. 5a.12-16.23-29.42b-55.65-72).
Sal 81: En un contexto parecido al del Salmo anterior, es decir, de una fiesta de la renovación de la alianza, este Salmo se divide así: vv. 2-4: se invita a alabar a Dios en esta fiesta; 5-6: se muestra el nexo existente entre fiesta, vida y liberación; 7-8: se recuerda la experiencia de liberación; 9-10: se exhorta a la fidelidad; 11: se recuerda de nuevo la experiencia de la liberación; 12-13: se constata la realidad de la infidelidad y de sus consecuencias graves para el pueblo; 14: se exhorta de nuevo a la fidelidad y se muestra en último término la conexión existente entre fidelidad al Dios liberador y vida feliz-festiva. El punto central que se quiere subrayar en este Salmo es que vivir según la experiencia de liberación lleva a vivir plenamente feliz.
Sal 105: En el postexilio y en relación a la alianza, se recuerda de nuevo a Dios siempre fiel a su compromiso y que ha ido haciendo actos liberadores en la historia.
Sal 114: En relación a la alianza, se celebra el que Dios ponga siempre todo al servicio de la
liberación.
Sal 136: En el postexilio y en relación a la alianza, se recuerdan las actuaciones liberadoras de Dios, las cuales son muestra de su amor y de su estilo liberador.

2..- Presencia de Dios en Sión

Otra experiencia fundamental sobre Dios y que queda recogida en los Salmos es la de que Dios está presente en Jerusalén y sobre todo en medio de su pueblo. Nos ayuda a descubrir además cómo es y cuál es el estilo de Dios. Este hecho, esta experiencia es causa de alegría y de compromiso de vida para que de verdad Dios pueda estar siempre presente en medio de su pueblo.
Sal 48: Posiblemente en el contexto de la reconstrucción de Sión tras el exilio, cuando Nehemías, se recoge la experiencia vivida hacia el año 700 a.C. cuando los asirios quisieron conquistar Jerusalén pero no pudieron. El análisis de este Salmo nos puede ayudar a descubrir mejor su contenido: vv. 2-4: grande es Yavé y grande es Sión; 5-8: los enemigos fracasan en su intento de entrar en Sión (¿se alude aquí a la coalición y guerra siro-efraimita contra Jerusalén del año 735 a.C. o a la invasión siria y el asedio de Jerusalén en tiempo de Ezequías en los años 704-702 a.C.?); 9-12: Dios está presente sobre todo en forma de amor y justicia; 13-14: se manifieste un gran gozo (¿por la reconstrucción de Nehemías?); 14b-15: se concluye que “así es Dios y así actúa Dios en la historia”.
Así pues, en este Salmo Israel vuelve a descubrir al Dios que continúa siendo liberador, que es fiel, que se convierte en un castillo para su pueblo, que hace inútiles todos lo esfuerzos de sus enemigos. Este Salmo libera de todo miedo, basándose en el hecho de un Dios que hace alianza con su pueblo, que está presente en Sión y que no abandona nunca a su pueblo.
Sal 84: En cuanto al género literario de este Salmo, es una mezcla de himno, salmo de peregrinación y salmo de la presencia de Dios en Sión. Su contenido se desarrolla de la siguiente manera: vv. 2: comienza con una alabanza de Sión; 3-4: se muestra un gran deseo de entrar en Sión y en el templo; 5.11: se declara la felicidad de quienes sirven en Sión; 6-8: se declara la felicidad de los peregrinos que suben hacia Sión; 9-10: se suplica a Yavé para que escuche la oración de su pueblo y de su ungido; 12-13: se afirma que la fuente de toda confianza es la presencia del Señor en Sión, y no las murallas de la ciudad.
Este Salmo, pues, nos propone la gran alegría por encontrarse dentro del templo, en la presencia del Señor y por haber experimentado el acompañamiento de Dios a lo largo de todo el camino.
Sal 122: También en este caso el género literario es una mezcla de himno, de Salmo para el
camino-peregrinación y de alabanza por la presencia de Dios en Sión. En él se muestra la gran alegría por ir a Jerusalén y al templo de Dios. Pero, ¿qué es lo que produce tan gran alegría? El que en Jerusalén se hace la justicia, se trabaja por la paz y se vive la felicidad; todo esto hace de Jerusalén una ciudad liberadora.
El contenido anterior se desarrolla así: vv. 1-2: alegría por la cercanía de Sión; 3: alusión a la
reconstrucción de Jerusalén; 4: Jerusalén, centro de Israel, es objeto de agradecimiento; 5: y la razón es que en dicha ciudad se hace justicia; 6-9: se acaba, en consecuencia, deseando la paz para Jerusalén.
Sal 125: En el contexto de un Salmo gradual, para los momentos en que los peregrinos encontraban fuertes dificultades para seguir el camino hacia Jerusalén, se hace una cierta extrapolación y se aplica el contenido de este Salmo a quienes desconfían y no avanzan, quienes caen esclavos de sus miedos.

3.- Dios es rey
Estos Salmos, que suelen tener algo de himnos o alabanzas, suelen servirse, como escenificación dramática, de algunos de los pasos que se seguían en la coronación de los reyes. En ellos se habla de Yavé, modelo para los gobernante, y del reino de Yavé, imagen de la utopía.
Sal 97: Es posible que el contexto existencial de este Salmo sea el del retorno del exilio en
Babilonia. En este posible contexto, el Salmo se desarrolla así: vv. 1: invitación a la alegría porque Dios viene como rey; 2-6: se afirma que los pilares de su trono son la creación y los actos salvíficos y liberadores; 7-8: se dice cuál es la reacción de los idólatras y la de Sión; 9-11: se dan los motivos de alabanza, es decir, que viene con poder y viene para salvar; 12 se acaba con una nueva invitación a alegrarse.
Este Salmo, pues, niega en primer lugar la posibilidad de cualquier otra divinidad, afirma después la soberanía única de Dios, para acabar concluyendo que las divinidades esclavizan y oprimen y que, en cambio, sólo Dios libera y salva.
Sal 98: en la misma línea que el anterior, este Salmo se desarrolla así: vv. 1: se invita a la alabanza y se da una motivación general para ella; 2-3: se dan como motivaciones concretas la salvación, la justicia, el amor y la fidelidad; 4-6: se invita de nuevo a la alabanza; 7-9: se acaba constatando que toda la naturaleza le alaba porque viene a hacer justicia y liberación (cfr. también Sal 99).

4.- Dios, señor de la creación
En realidad, Israel tuvo mucho cuidado en no aceptar a la primera la afirmación de que Yavé es creador de todo. Quizás porque dicha afirmación la veían muy unida a la religión cananea, ya que los cananeos tenían como uno de sus dogmas fundamentales el de la divinidad o divinidades creadoras. Israel llegó a aceptar esto, cuando vio que ya no había peligro de interpretar esta afirmación como un mito fuera de la historia, es decir, cuando ya la experiencia de liberación fue tan central en su vida que el hecho de un Dios creador pudo ser entendido como el que Dios inició la historia de salvación de la humanidad con la creación; la creación por tanto no era un acto ocurrido en el mundo mítico de los dioses sino que había ocurrido aquí en la historia.
Los Salmos, pues, que tienen como centro a Dios, señor de la creación, se convierten en una
especie de defensa de un Dios histórico, contra toda mitificación de la naturaleza y de la fecundidad de la tierra tan propia de los pueblos cananeos.
Sal 8: En un contexto hímnico, en los versos 2 y 10 se encuentra el lema del Salmo, que es
sencillamente la alabanza del nombre de Dios. Se dan a continuación los motivos de tal alabanza, que no son otros que la creación misma (vv. 2b-5) y la creación del ser humano y la tarea a él encomendada en la misma creación (vv. 6-9).
Sal 19: En él se conectan con fuerza creación y ley; mediante ambas realidades Dios muestra su voluntad salvadora y amorosa en relación a la humanidad.
Sal 33: Es éste un Salmo que alaba la fidelidad del Señor en favor de los fieles; se afirma que Dios ha creado y crea amorosamente para poder liberar.
Sal 104: Nos encontramos ante un Salmo que tiene relación con el himno a Athon del faraón
Akenathon. En él se desmitifican todas las realidades en cuanto que son creaturas de Dios que hablan de él y le señalan, pero no son él.
Sal 113: De nuevo nos encontramos con un himno, en el que en primer lugar se hace una invitación a la alabanza (vv. 1-3), para pasar luego a dar los motivos de la tal alabanza, que no son otros que el poder creador y soberano de Dios (vv. 4-6) y su poder liberador de los desvalidos (vv. 7-9; cfr. Sal 28 ;146).
Sal 135: En los vv. 1-4 de este himno encontramos la invitación a la alabanza y el motivo principal: Dios es bueno y ha amado preferencialmente. Se pasa a continuación a otros motivos más concretos: está por encima de todos los dioses (v. 5), ha creado (vv. 6-7), ha sacado de Egipto (vv. 8-9), ha conducido a la tierra vv. 10-12), es salvador (vv. 13-14), su acción deja en ridículo a los ídolos que nada pueden (vv. 15-18). Se acaba con una nueva invitación final a la alabanza (vv. 19-20) y con una alabanza final.
Lo que se concluye en este himno es que el Señor es grande mientras que los ídolos nada valen y quedan por tanto desautorizados.
Sal 136: Es un Salmo que habla de la creación y de la salvación como de dos realidades íntimamente conexionadas y que son muestras del amor de Dios.
Sal 146: Es un himno con dos adaptaciones: la primera es una llamada a la confianza (vv. 3-5) y la segunda una constatación de que es Yavé rey quien hace todo aquello que se alaba en el Salmo (v. 10). El contenido del Salmo es el siguiente: se parte de una invitación a alabar a Dios a la que sigue un compromiso de hacerlo (vv. 1-2), se da el primer motivo que es el de la creación (v. 6a), y se añade el segundo motivo que es el de la salvación de los pobres (vv. 6b-9).

5.- Señor que se relaciona amorosamente
Tras los Salmos de los cuatro apartados anteriores, en que el punto común era el de la alabanza a Dios por sus acciones, por su creación, por su liberación, por su realeza, por su ley, por su presencia en medio de su pueblo, recogemos aquí un Salmo que puede hacer de síntesis conclusiva de los mismos. Se trata del Salmo 103.
Se trata de una mezcla de himno y de acción de gracias, cuyo contenido se desarrolla de la siguiente manera: tenemos en primer lugar la invitación a la alabanza en los vv. 1-2, que tiene su inclusión en los vv. 20-22, en los que se vuelve a hacer una invitación conclusiva a toda la creación para que alabe al Señor. El punto central está constituido por los diferente motivos que se dan a tal alabanza: motivos personales de agradecimiento (vv. 3-5); motivos generales de alabanza como son: la justicia de Dios, su solidaridad, su perdón, su amor, su ternura, su comprensión con la debilidad humana (vv. 6-14); ha hecho alianza y se mantiene fiel con un ser que él sabe que es débil pero del que espera que responda con fidelidad (vv. 15-18); es rey (v.19). En este Salmo, pues, aparece la síntesis de lo que Israel ha descubierto sobre su Dios y cuya afirmación es desmitificadora y desenmascaradora de cualquier otro dios o imagen de dios que no responda a la experiencia creyente. Y esta síntesis no se centra en otra cosa que en el amor de Dios: éste es amor y misericordia; y éste es el gran motivo de alabar a Dios.

7.2 Ámbito internacional
Como se sabe, el origen de la existencia de Israel está en la liberación de diversos grupos dominados por el imperio egipcio hacia los años 1300-1250 a.C. En este hecho histórico algunos descubren la presencia de Dios y le cantan “dando gracias”. En esta línea estaría el texto de Ex 15, el canto tras el paso del mar Rojo, en que se dice que Dios trastoca los planes de los opresores y se pone de parte de los oprimidos que se liberan. También se pueden colocar aquí los himnos del apartado anterior que afirmaban que Dios es “así”, es decir, liberador.
Pero con la llegada a la tierra no se acaban las esclavitudes. Israel vive en continuas situaciones de servidumbre respecto a las otras naciones que le rodean; esto se debe en parte a su situación geográfica. Esta servidumbre toma diferentes formas: la de un vasallaje humillante y empobrecedor respecto a las superpotencias; la de un vasallaje a menudo buscado por los propios reyes de Israel para poder conquistar el poder, para mantenerse en él y para defenderse de los enemigos; la de una invasión y colonización del país, convirtiéndose éste en una provincia más de la superpotencia dominadora; la de una deportación y el exilio consiguiente.
Y ¿qué consecuencias lleva consigo dicha esclavitud? Lleva consigo una imposición de dioses extranjeros, una aceptación de alianzas como si éstas fuesen con dioses que salvan, una concepción guerrera de la existencia y de la historia, un estilo de vida cada vez menos inspirado en la experiencia liberadora. Tal esclavitud pone en juego y en peligro la propia existencia de Israel, el propio estilo de vida, la propia fe peculiar, el propio papel testimonial respecto a las naciones.
Es, por tanto, natural que, si los Salmos son la expresión de la vida, este aspecto tan importante y comprometido de la vida de Israel quede reflejado en ellos. Esto ocurre sobre todo en las “súplicas del pueblo o colectivas”, en las “acciones de gracias comunitarias” y en algunos fragmentos de los Salmos del “Mesías salvador del pueblo desvalido”.

Veamos algunos ejemplos de cada.

1.- Súplicas colectivas
Todas suelen tener una estructura semejante, que suele ser la siguiente: invocación, queja, petición, (motivos de confianza) y anticipación de la acción de gracias que seguirá. Pero de entre estas súplicas podemos distinguir varias clases.
a) Suplicas del pueblo inocente
Sal 44: Recoge una de tantas situaciones en que la opresión internacional parece indicar que
Dios ha abandonado al pueblo “inocente”. El punto de arranque lo encontramos en el v. 2 y es el recuerdo de la voluntad salvadora de Dios y de su realización en el pasado; la tradición ha transmitido las antiguas gestas de Dios, cuando el pueblo llegó hasta la tierra y se fue situando. En los vv. 3-5 se profundiza en cuál es la intención de Dios: es conseguir que “vivan libres”, es ponerse todo él al servicio del amor al pueblo, es demostrar de una vez por todas que el tener tierra no dependió de la espada o del poder sino de la voluntad de Dios. El v. 6 subraya la identificación entre Dios y el pueblo, la causa de Dios y la causa del pueblo, y presenta la acción conjunta Dios-pueblo contra los enemigos comunes. En el v. 7 encontramos un pequeño paréntesis en el que se aplica al “yo individual” lo de que no se debe poner la confianza en las armas. Se insiste a continuación, en el v. 8, en que la fuerza sólo viene de Dios y sólo él realiza la salvación. Todo lo anterior producía una realidad y un compromiso de alabanza.
Pero viene a continuación el contrapunto. Se habla del presente. En este, aparentemente, ocurre todo lo contrario. Y esto en perjuicio no sólo del pueblo inocente sino también del mismo Dios: la causa de ambos queda perjudicada. Esta experiencia es desarrollada del modo siguiente. En los vv. 10-11 se constata que Dios parece haber abandonado al pueblo; éste está como muerto, ya que Dios lo ha dispersado (v. 12). ¿Qué ha ganado Dios con esta venta de su pueblo? Nada en absoluto (v. 13). Lo único que ha conseguido es que todos los vecinos se rían de él (vv. 14-15). Volvemos a encontrar aquí un nuevo paréntesis en el que se aplica al “yo individual” las burlas anteriores (vv. 16-17). La pregunta que surge entonces es por que. ¿Es porque se han olvidado o traicionado a Dios y a su alianza? No, es la respuesta; no se han alejado, no se han olvidado, no han dado culto a otros dioses. Sufren, por tanto, ellos que son inocentes y mueren precisamente por ser fieles a Dios (vv. 18-23).
Se levanta entonces una interpelación a Dios, fundamentada en la confianza de que no puede ser verdad, no puede ser posible que Dios abandone a los inocentes. Está en forma de grito al Señor para que despierte, ya que no es posible que Dios abandone a quienes sufren y que se ponen en situación de duelo y súplica; se le grita con toda confianza para que venga a defender y liberar por el amor que tiene al pueblo (vv. 24-27).
¿A qué situación responde este Salmo? A una situación de dispersión que parece negar la fidelidad de un Dios que había comprometido su nombre en la liberación de unos grupos para que formasen una nación, testimonio vivo de un Dios que no soporta la opresión de los débiles por parte de los poderosos.
“Yo estaré presente en la historia de ustedes y así seré”, había dicho Dios en el momento en que se les había manifestado cuando la liberación de Egipto. Pero, ¿estaba ahora? Es posible que se esté haciendo referencia al tiempo del exilio babilónico o quizás al de la revuelta macabea contra los opresores, momento en que la crisis estuvo a punto de acabar con el pueblo de Dios y de diluirlo en la cultura y en la concepción global griega.
¿Cuál es la oración del pueblo en tal situación? Sigue los siguientes pasos:
1. recuerda las actuaciones pasadas y los proyectos de Dios;
2. recuerda la unión de proyectos e intereses entre Dios y el pueblo;
3.relativiza todos los medios de poder que se suelen utilizar en cualquier empresa, exhortando a no confiar en las armas y en el poder porque éstos no producen salvación integral;
4. pregunta por el significado y la razón del sufrimiento del pueblo pobre e inocente que llega a morir siendo fiel a Dios y sin haberle abandonado o traicionado su alianza;
5. interpela a Dios que parece haber abandonado al pueblo sin razón, que no gana nada con lo que le está ocurriendo al pueblo y cuyo nombre queda en entredicho ya que se burlan del pueblo y por tanto se burlan de Dios mismo;
6. grita al amor de Dios, a lo que hace que Dios sea Dios; y
7. confía en que todo será para mayor gloria de Dios, en que en último término se mostrará una vez más cuál es el proyecto y la intención de Dios, la vida y no la muerte del débil que está indefenso.

Sal 60: Parece que este Salmo está en relación con la derrota ante los filisteos y edomitas. En este contexto histórico, en los vv. 3-7 alterna el sentimiento de abandono que produce la dispersión con la suplica: “vuelve a reunirnos”, “repara las brechas del país”, “sálvanos de nuestros enemigos”, “respóndenos liberándonos”. La respuesta que da Dios es que “todas las naciones son mías, son mis instrumentos” (vv. 8-10). Ante esto, el pueblo muestra su confianza en que Dios puede y quiere salvar y en que por tanto salvará; y el motivo principal de esta nueva actuación de Dios está en que ellos no son poderosos sino débiles y maltratados.
Este Salmo, por tanto, refleja muy bien la espiritualidad de los pueblos pobres y oprimidos que están en manos de los fuertes que se aprovechan de ellos: “Dios está con los débiles a quienes quiere salvar de los fuertes”.
Sal 74: Este Salmo puede estar en relación con la destrucción de Jerusalén hecha por los babilonios o con la opresión helenista. Empieza en el v. 1 preguntando por el abandono y aparente rigor de Dios. Le recuerda a Dios en el v. 2 su alianza y su compromiso de estar en Sión. Constata luego, en los vv. 3-9, la realidad, es decir, que quienes están presentes en Sión son los enemigos. Pregunta en los vv. 10-11 el por qué de este insulto del enemigo contra el pueblo y contra Dios mismo, el por qué Dios deja que ocurra, siendo así que lo que está en juego es el mismo nombre de Dios. Se le recuerda a Dios sus acciones y su poder (vv. 12-17), para recordarle después que su nombre es insultado cuando los indefensos son oprimidos por los poderosos (“el enemigo te insulta”, “desprecia tu nombre”, “todo el día el injusto te insulta”) y para llamarle finalmente a la acción (“no olvides tus favores”, “piensa en la alianza que tú hiciste”, “defiende tu causa”).
Uno de los puntos más importantes de este Salmo es que en él se identifican la causa de Dios y la de los pobres e inocentes. Estaría en la línea de lo que dice Ezequiel cuando habla de que la gloria de Dios es despreciada por dos motivos: porque se identifica con el honor del pueblo pobre y porque Dios compromete históricamente su nombre con la gloria del pueblo. Ahora, pues, los pueblos opresores y todas las naciones creen que Dios ha faltado gravemente a su compromiso.
Estos Salmos o súplicas del pueblo inocente se pueden actualizar. Pero esto sólo es posible si se hace desde la conciencia de crisis y no desde la autosuficiencia de la abundancia, la riqueza y el poder alienantes; desde la convicción de lo mucho que nos falta para que nuestros proyectos sean los de Dios; desde los pueblos inocentes que sufren la opresión de los poderosos y no desde estos últimos que ponen su fuerza y su seguridad en el tener y en el ejercer el poder y se creen dioses con derecho sobre la vida y la dignidad de los pobres; desde nuestra solidaridad real con los pobres e inocentes que sufren y nuestro compartir su causa como la propia causa, como la causa de Dios por la que vale la pena dar la vida; desde nuestra identificación real con los países pobres que sí pueden orar a Dios así; desde nuestro abajamiento solidario, semejante al de Jesús (cfr. Filipenses 2).
Desde estas situaciones se le puede recordar a Dios sus proyectos y sus compromisos de acompañar a quienes luchan por la libertad, se puede discernir si nuestros proyectos y compromiso van en la línea de los de Dios, se puede interpelar a Dios para que actúe en favor de su gloria, la vida del pobre; se puede dar testimonio de cómo es Dios y cuál es su voluntad, se puede trabajar con esperanza para que los pueblo y los grupos inocentes recobren la dignidad y la vida, ya que esto es lo que sin duda quiere Dios.

b) Súplicas del pueblo que se sabe culpable
Seguimos profundizando en el estilo de Dios. Incluso cuando parece que el dolor proviene del pecado del pueblo que es castigado, los salmistas llegan a descubrir que Dios no es así, no es un Dios “castigador”, sino todo lo contrario.
Sal 79: En relación posiblemente con la caída de Jerusalén, empieza en los vv. 1-4 con la situación de ruina y desolación. Ante ello el salmista se hace la pregunta, en el v. 5, sobre si Dios es un Dios severo y riguroso. Parece que a esta pregunta se debe responder afirmativamente porque, como se dice en los vv. 6-lOa, no parece estar actuando de acuerdo a lo que esperaríamos de su bondad; parece un Dios riguroso que castiga por el pecado, un Dios que no se compadece de los débiles; su nombre, en consecuencia, no es honrado, su amor y su manera de ser no pueden ser reconocidos por los pueblos. A pesar de todo, en los vv. lOb-12, se muestra la confianza en que Dios volverá a actuar pidiendo cuentas por la sangre derramada, escuchando los lloros de los cautivos, liberando a los presos condenados a muerte, defendiendo al pueblo a pesar de sus pecados; la confianza lleva a la petición de que en efecto actúe de esta manera. Se acaba, en el v. 13, con un compromiso de alabar y de dar gracias.
Sal 85: El contexto parece ser el de las dificultades de retornar del exilio. Se comienza recordando el pasado y como siempre Dios ha honrado a su pueblo (vv. 2-4). Se pide a continuación que ahora haga lo mismo, a pesar de la poca vida del pueblo y de su pecado, motivando esta petición en que el rigor y la muerte no son lo propio de Dios y en que lo propio de Dios, en cambio, es el amor y la salvación (vv. 5-8). A esta petición, Dios responde en el v. 9 que su palabra es de conversión y de paz. Esto provoca que se comience a hablar del futuro de Dios con su pueblo. Se dice que Dios está cerca para salvar, que su gloria habitará en el país y que cohabitarán la fidelidad y el amor, la bondad y la paz.
¿Cómo actualizar este Salmo? La lección que nos da es que no se trata de manipular los sentimientos de culpabilidad e intentar justificar el dolor como castigo justo de Dios por nuestro pecado (en esta línea irían muchas interpretaciones de las catástrofes naturales, de las epidemias y de las guerras); se trata en cambio de descubrir que en la actuación histórica de Dios (una actuación liberadora y misericordiosa) está la clave de interpretación de cómo es Dios cuál es su estilo de obrar, qué línea de acción futura de Dios podemos prever y cuál es su voluntad respecto a nosotros personal y estructuralmente (conversión, reconciliación y utopía).
c) Suplicas para conseguir el apasionamiento de Dios
En el fondo aquí encontramos Salmos que lo único que piden es que Dios “se muestre tal como es”; con esto sería suficiente.
Sal 77: Parece que tiene relación con la crisis postexílica. Empieza con una presentación de la desolación a pesar de la oración (vv. 2-3). Se pasa a continuación a mostrar las razones de tal crisis: Dios ya no actúa como antes, ya nos ha abandonado para siempre, ya no nos ama y ha roto las promesas, ya no es comprensivo ni tiene corazón tierno (vv. 4-11). Pero viene luego la reacción: todo esto no es verdad y no tiene sentido la crisis y la desolación ya que el pasado es garantía de futuro liberador.
Sal 83: En relación con la crisis postexílica y/o helenista, se pide a Dios que se muestre apasionado como es (v. 2), se le hace ver el complot de todos los pueblos contra su pueblo, contra su tesoro, contra Dios mismo; por tanto (vv. 3-9), se le pide que actúe con fuerza contra sus propios enemigos (vv. 10-16) pero para que lleguen a reconocerle, a buscarle.
¿Como es Dios? Dios siempre es apasionado y tiene amor por su pueblo, no soporta que le hagan daño, pone su poder al servicio de la liberación del oprimido, busca que se le reconozca y se le busque, quiere que se descubra su amor a todos.

2.- Acciones de gracias colectivas
En estos Salmos lo que se afirma en el fondo es que Dios, a lo largo de toda la historia, ha tomado partido en favor de las personas tratadas injustamente, en favor de su vida y no de su muerte. Esto es por lo que se da gracias en las acciones de gracias colectivas.
Sal 9: En los vv. 5-7 se empieza reconociendo que Dios siempre ha sido un juez justísimo y ha tenido en cuenta cómo los pueblos han destruido injustamente a su pueblo. Se afirma a continuación, en los vv. 8-14 que lo será también ahora y en el futuro con el pueblo maltratado, con el pueblo que le busca, con el pueblo indefenso que clama, con el pueblo que es llevado a la muerte por sus enemigos. Estos, los opresores, caerán en las trampas que han puesto al desvalido, mientras éste nunca será defraudado (vv. 15-19). La petición final (vv. 20-21) hace referencia a que los seres humanos no triunfen en el mal y a que aprendan de una vez por siempre que no son Dios sino sólo eres humanos.
Sal 66: Se trata de una acción de gracias a Dios por lo que ha hecho en favor de los que iban hacia la muerte, en favor de los pobre, y porque finalmente les deja respirar. Tal actuación de Dios afirmada por el salmista y hecha objeto de su agradecimiento hará posible que todos los pueblos le reconozcan.
Sal 118: Comienza este Salmo con una invitación a dar gracias (vv. 1-4). Da el motivo, que se puede resumir en “grité en mi angustia y él me respondió” (v. 5). Surge así un profundo sentimiento de confianza en Dios (vv. 6-7). Se saca luego una lección sapiencial: “mejor es refugiarse en Dios...” (vv. 8- 9). Sigue en los vv. 10-14 el motivo de dar gracias (“yo”). La respuesta es los aplausos (v. 15). El salmista se compromete, entonces, a seguir dando gracias (“yo”). Los sacerdotes invitan a entrar en el santuario para dar gracias (v. 20), a la que sigue (en el v. 21) el agradecimiento (“yo”). Se da entonces una acción de gracias colectiva por la reconstrucción del templo (vv. 22-24), las aclamaciones (v. 25), la bendición del que viene por parte de los sacerdotes (v. 26), una nueva aclamación (v. 27) y una nueva invitación personal (“yo”) hecha a todos para que se unan a la acción de gracias (vv. 28-29).

3.- Dios estará con el Mesías
Encontramos en algunos Salmos algunos fragmentos en que se habla de la acción del ungido de Dios en favor del pueblo desvalido. La afirmación es que Dios le hará triunfar a él y a su misión.
Sal 20,6-10: Es un Salmo en el que se pide que se pueda celebrar la victoria del ungido y alzar sus estandartes en honor de Dios, que el Señor realice todos sus deseos. Se muestra luego la convicción de que el Señor da a su ungido la victoria y le responde con prodigios de su brazo victorioso desde el cielo en donde tiene su palacio, porque la confianza está no en los carros de combate o en los caballos sino en el nombre del Señor. Se afirma en último término que si el ungido confía en Dios, se mantiene firme; el que confía en los armamento, en cambio, ése no se aguantará, sino que caerá. Se acaba, por tanto, pidiendo la victoria del ungido, basada en que se ha puesto la confianza en Dios y se le ha invocado.
Sal 21,9-13: En este Salmo se vuelve a afirmar que el ungido se apoderará de los enemigos y que aunque éstos intenten hacerle daño nada podrán contra él porque se está convencido de que el Señor se levanta en su favor. Se acaba tomando el compromiso de cantar las gestas del Señor en defensa de su ungido.
Sal 72: Se trata o bien de una oración por el Mesías o bien de un retrato-robot del mismo. En todo caso, el papel que se le asigna al Mesías es el mismo. Se pide que haga justicia a todos los humildes (vv. 1-2), que favorezca la paz y la justicia a favor de los pobres, y esto de una manera duradera y efectiva (vv. 3-7); que extienda su reino (vv. 8-11), que cumpla su papel social liberando al pobre, apiadándose del débil, rescatando su alma de la opresión, enriqueciendo al pobre, bendiciéndole y orando por él (vv. 12-15); que consiga crear un reino paradisíaco (v. 16), que sea bendito por Dios y que así en él sean benditas toda las naciones (v. 17). En los vv. 18- 19 se hace una doxología final.
Puede ser que alguna. de estas peticiones no lo sean; se trataría entonces de afirmaciones de lo que Dios quiere para su ungido y de lo que por tanto será.
Sal 89,23-26: En este Salmo se expresa el compromiso de Dios para con su ungido. Dios se
compromete a que el enemigo no le agarre por sorpresa, a que venza sobre todos aquellos que le odian, a que experimente que el amor de Dios está con él siempre fielmente y a que, en consecuencia, pueda extender hasta el mar su poder.
Sal 110,5-6: Se insiste en que Dios está al lado de su ungido, abate a los reyes el día en que se indigna, juzga a los pueblos y los hace prisioneros, abaja a los gobernantes por todo el mundo.
Sal 132,18: Dios se compromete una vez más a confundir a los enemigos del Mesías y a hacer brillar, en cambio, en su frente la corona divina.
Como conclusión, de todos estos Salmos que hacen referencia al ámbito internacional, se llega a afirmar que el pueblo se mantiene firme en su fe y en su estilo de vida. El Salmo 137 es muy iluminador en este sentido.
Sal 137: Tiene relación con la destrucción de Jerusalén y con el exilio. En este contexto se expresa fidelidad a Sión y a Dios en medio de una opresión fortísima, expresada en forma de una liturgia de duelo y lamentación. Se parte de una situación desoladora, en que se añora a Sión, estando en el exilio. Se dramatiza esta situación usando unas imágenes muy significativas: se han dejado los instrumentos musicales colgados, sin uso, de las ramas de unos sauces “llorones”. Tal situación se agudiza al máximo cuando los enemigos que les han deportado les piden que canten (vv. 1-3).
Se expresa luego la gran fidelidad a Jerusalén manteniendo el silencio como gesto político. Efectivamente, cantar en tal situación sería folklórico, pero contrario a la vida, pues se trata de seguir recordando a Sión como estilo de vida. Cantar sería banalizar a Sión que sigue siendo proyecto de vida y vale más que Babilonia con todas sus riquezas (vv. 4-6).
Se acaba interpelando a Yavé, ya que es su mismo nombre el que está cuestionado, con la confianza de que en último término no triunfará la opresión y todo aquello que quieren imponer al pueblo de Dios.

7.3. Ámbito intranacional o social
Hay Salmos que recogen otra situación importante de la vida del pueblo: situación en que el
pueblo, con su vida y relaciones interhumanas, puede transparentar el estilo de ser y de actuar de Dios; o bien situación en que el pueblo puede ofuscarlos u opacarlos.
El pueblo que había surgido de la experiencia de liberación, lo había hecho con una fuerte conciencia de pueblo fraternal y solidario. Pasó momentos de todo en la historia. Momentos en que hubo una gran falta de fraternidad y solidaridad. Otros en que parecieron acentuarse los caminos a seguir para dar testimonio del estilo de Dios y la respuesta que él espera de nosotros.
Los libros bíblicos son la prueba y el testimonio de lo anterior. Los Salmos también recogen estas situaciones y estos caminos a seguir. Lo podemos ver en tres puntos:
1. Constatación de la situación y de la esperanza en que Dios actúe como es (a veces se insiste en la situación, a veces en la acción de Dios);
2. Papel del rey-mesías en la tarea transformadora; y
3. Declaración de felicidad y vida para los que trabajan en favor de la justicia.

1.- Constatación de la situación y esperanza de actuación de Dios
El pueblo de Israel vivió muchos problemas de injusticia y de insolidaridad. A menudo los provocaron la monarquía y todo lo que ella supone (el pueblo a su servicio, los impuestos, el reclutamiento del personal militar y cortesano, la opresión y violencia contra quienes no estaban de acuerdo), la clase aristocrática (sacerdotes, militares y consejeros del rey se van enriqueciendo a costa del pueblo y gracias a su postura siempre en favor del poder del rey), los jueces (se dejan comprar y dan la razón a quien no la tiene), los poderes económicos (convierten a los campesinos insolventes en sus esclavos), la religión (se centra en actos de culto y en sacrificios y sirve de tapadera de los problemas; incluso después del exilio se hacen ayunos y penitencias, pero cada uno sigue caminando a su gusto). La conclusión es que cada vez los pobres se fueron haciendo más pobres y los ricos más ricos.
Esta situación, denunciada continuamente por los profetas, es constatada en muchos Salmos
como punto de partida para pasar, después, a la súplica de que Dios actúe como es y tome así postura. Postura que es de opción en favor de los que sufren, de consideración de los pobres como su “pan sagrado”, de humillación de los poderosos y ensalzamiento de los humildes. En estos Salmos a veces se insiste en la constatación de la situación, a veces en la esperanza de que Dios actúe como es, a veces en la descripción de cómo es el estilo de Dios, a veces en todo ello en conjunto. Hagamos un breve análisis de algunos de estos Salmos.
Sal 10: Este Salmo es mezcla de súplica, de Salmo de alianza y profético. Comienza con una invocación y suplica general (v. 1), a la que sigue un análisis de la conducta de los injustos: su ambición y avidez de riquezas son el motor de la acción del explotador del pobre y del desvalido; sus técnicas son el engaño, las especulaciones, la violencia y la coacción; el fruto de su acción es la opresión del pobre, atreviéndose, además, a afirmar que “a Dios nada de lo anterior le importa en absoluto” (vv. 2-11). Se le pide, en consecuencia, a Dios que actúe según su estilo de siempre (vv. 12-13). Se acaban alternando súplicas para que Dios actúe y motivos de dichas suplicas; se le pide y se le recuerda su manera de ser:
mira las penas y sufrimientos, las toma entre sus manos, recoge al indefenso y al huérfano que se abandonan, puede desarmar al malvado y hacerle responder, puede escuchar el deseo del indefenso, fortalecer su corazón, hacerle justicia, darle valor ante cualquiera que pretenda hacerle mal (vv. 14-18).
Sal 11: Se constata en los vv. 1-3 la acción de los injustos para contraponerle luego, en los vv. 4- 7, la acción de Dios: él habita en su templo y tiene el trono en el cielo, observa todo el mundo y a los seres humanos, tanto los justos como los culpables, odia a los violentos y culpables, es justo y estima la bondad y se hace presente a los inocentes.
Sal 12: Ante las acciones de los malvados (ya no se encuentra bondad, fidelidad y autenticidad, sino todo lo contrario, es decir, hipocresía y adulación), se suplica a Dios para que actúe tal como él acostumbra a actuar, es decir, levantándose para salvar del peligro a desvalidos y pobres, haciendo vanos todos los esfuerzos y maquinaciones de los injustos y enalteciendo a los humillados y despreciados (vv. 6-9).
Sal 14: En el v. 1 se parte de la acción de los injustos (corrupción, obrar detestable, aumento del mal por doquier, reacción de la acción de Dios). Luego, se suplica de nuevo para que Dios actúe como siempre, ya que él examina a los seres humanos, hace ver que los pobres son su pan sagrado y que si los devoran, por tanto, están devorando al mismo Dios; hace justicia y esto produce espanto a quienes creían que Dios no era nada y se reían de la causa del pobre (vv. 2-7a).
Sal 34: Tras una larga introducción en los vv. 1-6, presenta, en los vv. 7-9, cuál es la acción de Dios, es decir, que él escucha y salva del peligro a los pobres que le invocan, protege a sus fieles, es sencillamente bueno. Invita, luego, a venerarlo (v. 10), y recuerda en el v. 11 que la acción de Dios consiste en empobrecer a los ricos y enriquecer a los pobres que le buscan. En el v. 12 enseña cómo se puede venerar al Señor, mientras que en los vv. 13-15 enseña qué deben hacer para ser justos y felices.
Acaba recordando de nuevo cuáles son las acciones de Dios: se vuelve contra los malhechores, vigila en favor de los justos, escucha a quienes piden auxilio, está cerca de los corazones que sufren, salva a quienes se sienten deshechos, los libera, vigila por sus huesos, hace pagar a los injustos y rescata de la muerte a sus siervos (w. 16-23).
Sal 50: Ante quienes hablan de la alianza y no la practican, pues son ladrones, adúlteros, calumniadores, difamadores (vv. 1620), se afirma que Dios no puede dejar de actuar (vv. 21-22).
Sal 52: Es un Salmo que está en relación con el profetismo y con la reconciliación. En él se parte, en los vv. 3-6, de las acciones y actitudes del injusto: vanagloria, confianza en el poder, maquinación de malas jugadas, disección de los prójimos con la lengua, como si ésta fuera un bisturí, impostura. Se hace publica la amenaza de una acción de Dios para destruir al injusto (v. 7), ya que éste provoca con su acción la infelicidad del justo y confía en su propia riqueza y no en la fuerza de la fe (vv. 8-9). Se acaba proclamando también, pero en sentido contrario, la felicidad de quien es ayudado por el Señor (vv. 10-11).
Sal 58: También en relación con el profetismo, se comienza, en los vv. 2-6, presentando cuáles son las acciones de los injustos; conscientemente son injustos los jueces, y los jefes son violentos, se desvían, llevan veneno. Se pide entonces a Dios que actúe (vv. 7-10) y se acaba celebrando y comprometiéndose el justo a no cambiar de conducta vv. 11-12).
Sal 62: Con una cierta relación con el profetismo, se comienza declarando la felicidad cerca de Dios (vv. 2-3) para presentar luego cuáles son las acciones del injusto y de quien no está cerca de Dios: intentos de hacer caer al otro, engaños, hipocresía y falsedad (vv. 4-5). Se vuelve a proclamar la felicidad de quien está cerca de Dios (vv. 6-9) para acabar presentando por una parte las acciones de los injustos: apariencia, adquisición de riquezas robando, colocación del corazón en las riquezas (w. 10-11); y por la otra, la acción de Dios en contra de ellos (vv. 12-13).
Sal 73: En los vv. 6-9 se analiza de nuevo cuáles son las acciones de los injustos: orgullo, violencia, ambición, escarnio, extorsiones, amenazas, desafío al cielo y a la tierra.
Sal 75: Se presenta en él la postura y la decisión de Dios: la de abajar la altivez de quienes actúan como descreídos.
Sal 82: Se comienza afirmando que la postura de Dios es hacer justicia (v. 1), e interpelar a
quienes son injustos: dan sentencias injustas; favorecen a los culpables; abandonan a los débiles, huérfanos, pobres, desvalidos e indigentes (vv. 2-4). Éstos se creen dioses, pero Dios los hará caer y morir: ésta es la confianza que tienen los inocentes (vv. 5-7). En el v. 8 se acaba suplicando para que Dios actúe así.
Sal 94: Mezcla de Salmo profético, suplica y acción de gracias, comienza con una invocación y una petición en tono general (vv. 1-4), ante la acción de los injustos que pisotean, oprimen, matan a los marginados, desprecian a Dios (vv. 5-7). Se proclama luego como contraposición en qué consiste la postura de Dios: lo ve y lo escucha todo, toma partido en favor del humilde, se compromete a reinstaurar la justicia, acompaña a quien está a punto de caer, no acepta los tribunales corruptos, hace caer en su propia trampa a injustos y maquinadores (vv. 8-23).
Sal 113: Posiblemente está en relación con el regreso del exilio. En este contexto, se invita a
alabar a Dios (vv. 1-4), porque es grande (vv. 4-6) y sobre todo porque es grande cuando enaltece al pobre (vv. 7-9).
Sal 146: Es un himno en el que el salmista empieza autoinvitándose y llamándose al compromiso de alabar a Dios (vv. 1-2). Los vv. 3-5 son una pequeña adición que sirve para llamar a la confianza en Dios. Tras la pequeña interrupción anterior se sigue con los motivos de la alabanza. Estos son: porque ha creado (v. 6a) y porque hace justicia a los oprimidos, da pan a quienes tienen hambre, libera a los presos, da la vista a los ciegos, endereza a los vencidos, ama a los justos, guarda a los forasteros, mantiene a las viudas y huérfanos, tuerce los caminos de los injustos (vv. 6b-9). Se acaba afirmando que de este modo es rey y éste es el último motivo de alabanza (v. 10).

2.- Papel del Mesías
Una mediación importante en esta transformación social que Dios quiere realizar es el “Mesías”. Ya los textos proféticos llamados “mesiánicos” hablan de que él vendrá a realizar la paz justa dentro del pueblo y la paz más amplia entre las naciones. Era éste uno de los papeles fundamentales de los reyes, pero que a menudo no lo cumplieron. Varios Salmos recogen esta temática:
Sal 46: En medio de un bello poema-cántico de alabanza del rey en su banquete de boda, se habla de su función y se dice que está para defender la verdad y la justicia de los indigentes.
Sal 72: Ya se ha visto este Salmo en el apartado 2.3. Se mezcla en él la oración por la felicidad y la bendición del rey Mesías y la esperanza de que cumpla su tarea de defender la paz y la justicia social.
Sal 101: Encontramos en él un compromiso del rey en favor de todo lo que sea bondad, paz,
justicia, honradez y amor.

3.- Declaración de felicidad y vida para quienes trabajan por la justicia
Con estos Salmos se está llamando a todos a cambiar las cosas y a actuar en la misma dirección de Dios; se proclama que con ello se es auténticamente feliz.
Sal 1: En este Salmo, que tiene relación con las bendiciones y maldiciones propias de la realización de una alianza, se comienza en los vv. 1-3 con la declaración de felicidad y de éxito del justo para declarar después la infelicidad y fracaso del injusto (vv. 45). El motivo que se da es que Dios toma partido por el justo (v. 6).
Sal 14,7: Se dice aquí que cuando Yavé transforme toda la situación habrá alegría y felicidad en Israel.
Sal 15: En este Salmo de peregrinación, se pregunta en el v. 1 quién está con Dios. La respuesta la encontramos en los vv. 2-5a, donde se pone un catálogo de acciones justas que unen a Dios y producen alegría y felicidad. Se concluye que quien así actúa se mantendrá siempre firme.
Sal 34,13-15: Se comienza con la pregunta sobre quién ama la vida y el bienestar (v. 13), para dar la respuesta, en los vv. 14-15, de que el de lengua auténtica, el que busca el bien, el que lucha por la paz y procura conseguirla.
Sal 52,10-11: Se declara la felicidad de quien confía plenamente en la acción de Dios.
Sal 62,2-3.6-9: También aquí se declara la felicidad de quien reposa en la acción de Dios.
Sal 72: Se afirma que produce gran felicidad el trabajo por la paz y la justicia.
Sal 146,5ss: Se sigue declarando feliz aquel que obra apoyado en Dios y su estilo.

7.4. Ámbito personal
Hemos visto que la oración sálmica es liberadora de la religión idolátrica que esclaviza, de las opresiones internacionales, de las rupturas de la fraternidad.
Ahora nos queda ver cómo también expresa la liberación de las esclavitudes personales (que
tienen muchas formas y raíces) y cómo expresa la felicidad de quienes viven liberados con el Señor. Veámoslo en siete apartados.

1.- Salmos de reconocimiento del propio pecado, de las propias limitaciones,
y del perdón gratuito v amoroso de Dios

El punto de partida es la realidad del propio pecado y/o debilidad. Esta realidad nos suele bloquear y paralizar, no nos deja caminar libremente, nos llena de miedos, nos conduce a la propia muerte. ¿Qué podemos hacer frente a ello? ¿Hacer caso de quienes piensan que no sirve de nada rehacer nuestra relación con Dios? ¿Reconocer lo que tenemos de negativo, aceptarlo y ponerlo ante la presencia de un Dios que sabemos que perdona? Quien hace esto último queda libre del pecado y de sus limitaciones y vive a Dios en él y en su actuación.
Sal 6: Se deberían subrayar en este Salmo los motivos dados, que son: la propia debilidad, la bondad de Dios, la imposibilidad de servir a Dios una vez muertos, el peligro de que Dios no se muestre como es.
Sal 32: El subrayado de este Salmo es la declaración de felicidad de quien reconoce la culpa y se sabe perdonado, la infelicidad de quien no reconoce la culpa, la seguridad del acompañamiento de Dios para con el perdonado, la confianza y la alegría.
Sal 51: Se subraya el reconocimiento del pecado propio y de la justicia de Dios si se decidiese a castigar, la petición de misericordia y de cambio total en él, que equivale a salvar, el compromiso de anunciar la liberación del pecado y de celebrarla.
Sal 130: Se subraya que nadie aguantaría si Dios quisiera castigar las culpas, que lo propio de Dios es perdonar y que éste es el motivo mayor de confianza que tenemos (estamos ante un Dios de perdón).

2.- Salmos de súplica del justo perseguido por los injustos

Son muy numerosos. Se suele partir en ellos de la persecución violenta del justo, se constata la dureza de la persecución que es capaz de llevar a la muerte, se siente con frecuencia el abandono de Dios, se suplica finalmente a Dios para que acabe con la situación y con los injustos que la provocan (cfr. Las imprecaciones). La suplica es fundamentada en la propia debilidad, en la manera de ser de Dios que se saca de sus acciones en el pasado, en las burlas contra el inocente y, por tanto, contra Dios mismo. Se suele tomar, a continuación, un compromiso de acabar con el mal, afirmando en último término que uno se siente bien confiado en el Señor.
Sal 3: En los vv. 2-3 se presenta la situación, en los vv. 4-7 se da un grito de confianza; en los vv. 8-9 se hace una suplica seguida de una profesión de fe.
Sal 22: Es el famoso Salmo de Jesús en la cruz. El punto de partida es la suplica ante el abandono de Dios (vv. 2-4), abandono que se vive como más grave teniendo en cuenta sus acciones en el pasado (vv. 5-6). Se llega a presentar la situación como desesperada (vv. 7-9) y se suplica con fuerza con el motivo de que Dios conoce profundamente al salmista (vv. 10-11). En los vv. 12-19 se hace una nueva presentación de la situación desesperada, a la que sigue, en los vv. 20-22, una nueva súplica. El Salmo acaba con una promesa de acción de gracias (vv. 23.26-27), una alabanza a Dios (w. 24-2), una constatación del papel testimonial ante las naciones (w. 28-30a) y un compromiso de seguir dando gracias (vv. 30b-32).
Sal 140: Se trata de una súplica contra los injustos que quieren hacer caer en la trampa, una
súplica confiada en que Dios no satisfará los planes de los malvados y que, por tanto, en último término caerán los injustos y se levantarán los justos. Esta misma temática es la que aparece también en Sal 5; 17; 27 35, 54; 59; 71, 109.

3.- Salmos de súplica del justo perseguido por sus mismos compañeros

Éste es el caso más doloroso, pues se trata de la persecución producida por amigos y compañeros. Tiene cierta relación con la experiencia del profeta Jeremías, perseguido por sacerdotes, parientes y profetas. Jesús mismo, cuando habla de las persecuciones, también alude a éstas. Es por otra parte algo actualísimo: tantas incomprensiones de quienes dentro de la misma comunidad eclesial no piensan lo mismo y persiguen a quienes intentan dar respuesta a los problemas de los más pobres.
Quizás el Salmo 55 es el más significativo y el mejor ejemplo de ello. En él se subraya el terror del justo ante las maldiciones que se le lanzan y de las que no puede huir; se siente rodeado por los injustos, que son a veces sus mismos compañeros. El problema está en que casi no cae en la cuenta pues lo hacen a escondidas y ¡están tan cercanos a el! Pide entonces que Dios acabe con sus planes y persecuciones y que tome partido a favor de los justos que confían en él. Acaba con un fuerte acto de confianza.

4.- Salmos en que se expresan las tentaciones del justo perseguido

El punto de partida es el desconcierto del justo perseguido. Ve cómo los injustos triunfan en todo y cómo los justos fracasan también en todo. Esto provoca la tentación del justo, que piensa que quizás sería más feliz si se dejase llevar por la ambición, la violencia, la agresividad, la falta de escrúpulos, la doblez. Es una tentación actualísima de los inocentes y justo en la que continuamente caemos. Pero al fin se acaba con una acto de confianza y con la afirmación de que Dios está con los justos.
Sal 36: Se subraya en este Salmo la tentación porque la actitud del malvado pone en duda el amor de Dios a la justicia y al que la practica. Se vence en último término tal tentación afirmando que el amor que Dios tiene hacia sus fieles lo demuestra haciéndoles vencer contra los injustos.
Sal 37: Se parte de la tentación y escándalo ante la felicidad de los injustos. Se exhorta entonces a la justicia y a ponerse en manos de Dios, a pesar de todo. Se constata en último término la suerte y el destino final de justos o injustos, a pesar de las apariencias.
Sal 73: Se parte de la victoria sobre la tentación que ha consistido en que se ha estado a punto de caer por el éxito de los injustos en la opinión de que Dios parece que no se da cuenta de nada. El salmista ha pensado que quizás sería mejor ser como ellos, aunque finalmente cae en la cuenta de que la prosperidad de los injustos es sólo aparente. Acaba optando final y radicalmente por Dios y por su liberación.

5 - Salmos de súplica de ayuda de Dios en el compromiso de vivir según él

Encontramos unos pocos Salmos en que se expresa la confianza en que Dios contará al salmista entre los justos, la definición de la justicia y el deseo de seguir viviendo según lo que Dios quiere.
Sal 26: Se suplica, en medio de una actitud de confianza y declarando la propia inocencia. Es una petición de liberación y de misericordia. A aquélla sigue un compromiso de vida con la seguridad de recibir la bendición de Dios.
Sal 139: Tras una larga introducción en que se subraya que Dios conoce por dentro la realidad de las personas humanas (vv. 1-18), se suplica en contra de los malvados, convirtiendo tal súplica en un compromiso de lucha (vv. 19-22). En el fondo es una súplica a Dios para que continúe ayudando a vivir según él (vv. 23-24).

6.- Confianza liberadora y alegre

Estos Salmos parten de una situación desesperada y casi de muerte. El que se encuentra en tal situación comienza a continuación a hacer auténticos actos y declaraciones de confianza. Acaba afirmando que la victoria y el triunfo es del que confía profundamente en Dios.
Sal 23: Comienza con un acto de confianza inicial (vv. 1-2). Confiesa, en medio de situaciones de peligro y de enemigos, que su experiencia es la de un Dios que aguanta y sostiene (vv. 4-5). Acaba afirmando que la compañía de la bondad y del amor de Dios es la que produce auténtica vida (v. 6).
Sal 31: Es una súplica confiada en la que se parte de una declaración de confianza que se basa en las actuaciones de Dios en el pasado. El problema que se presenta después es el de que con frecuencia la desgracia llena la vida de los justos. Surge entonces una súplica confiada a la que sigue la seguridad de que Dios ha escuchado la plegaria. Se exhorta en último término a que todos confíen en el.
Sal 91: Se parte de una invitación a confiar en el Señor (vv. 1-2.9). Se afirma que si el Señor está a favor de alguien nada le puede pasar (vv. 3-8.10). ¿Por qué? Porque el Señor se ha comprometido (vv. 11-16).
Sal 116: El punto de partida es que el Señor ya ha escuchado la suplica: estaba el orante a punto de caer, suplicó con confianza porque sabía que Dios escucha el clamor y éste efectivamente le escuchó. Ahora el orante se siente lleno de fe, se compromete, en consecuencia, de cara al futuro y se pregunta qué debe hacer en adelante. Da gracias para terminar lleno de alegría porque ha sido liberado. (Ver Sal 4; 13; 30; 40,2-11; 88; 91; 142; 143).

7.- Salmos en que se expresa la felicidad del justo

La confianza que libera de las penas, de la muerte, produce en último término la felicidad plena del justo. Es por tanto declarado feliz quien vive honradamente en la presencia de Dios. Estamos, pues, ante una vida plenamente liberada.
Sal 84: Se afirma que la vida en la casa del Señor hace feliz: libera de miedos y de conformismo, y compromete a vivir con toda honradez.
Sal 112: A la pregunta de quién es feliz y quién no lo es, se responde que es feliz quien vive de acuerdo con Dios, quien es, por tanto, justo y solidario. Vivir así produce la mayor libertad y alegría . (Ver Sal 127 y128).

Conclusión

Todo este recorrido por los diferentes Salmos y por su poder liberador de todas las esclavitudes que dominan a la humanidad puede tener su conclusión en un Salmo, el 103, en el que se alaba a Dios absolutamente por todo, porque todo es don del amor de Dios, un amor liberador.
Dicho amor se manifiesta en la liberación personal, en la liberación social, en la manifestación del estilo de Dios, en su perdón, en su amor inmenso, en sus entrañas de misericordia, en su amor por siempre, en su poder. Es este amor, en último término, el que hace feliz y el que da la libertad de hijos de Dios.

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